Qenqo

Kenko o Qenqo, en quechua Q'inqu (‘laberinto’) es un centro
arqueológico ubicado a 2 km de la ciudad del Cuzco, en el Perú a 3580
msnm.
No se trata precisamente de ruinas, porque Qenqo es uno de los
mejores ejemplos de ese sello inca: la gran roca tallada in situ. Es un
afloramiento de piedra caliza erosionada, lleno de fisuras, todo
ingeniosamente tallado para utilizar la forma natural de la roca. Hacia
el norte encontramos un anfiteatro con 19 nichos construidos alrededor
de la base, todo lo que queda de un muro alto centrado sobre una roca
alta. Quizás era un símbolo fálico o un puma sentado (los conquistadores
borraron su forma original) y evidentemente fue el foco de algún culto
religioso.
Qenqo era una Waca, un santuario. En el interior de sus
cuevas encontramos grandes hornacinas y lo que parece un altar. Los
primeros cronistas mencionan cuevas alrededor de la ciudad donde las
momias de la realeza menor se guardaban en nichos junto con oro y
objetos preciosos. Este era casi con certeza uno de ellos.
Unos
escalones de piedra conducen a la cima de la roca, donde hay tallados
más enigmáticos: los canales en zig-zag (p'aqchas) que dan nombre al
lugar, que servían para cursar chicha, o tal vez sangre de sacrificio,
con fines de adivinación.
Al final de esta inmensa roca, se
encuentran varias piezas que se utilizaron en las actividades de
astronomía que calculaban la próxima fiesta del sol. Estaban orientados
hacia la dirección del amanecer.